Pero, ¿por qué el Anarquismo, y qué es ? Estos 10 pasos pueden explicarlo:
1. Nadie siente que tiene control sobre las cosas que les importan: a nivel local o nacional, y mucho menos internacionalmente. Esta frustración ayuda a explicar fenómenos como el Brexit y Trump y la divisibilidad y volatilidad de la política de hoy.
2. La democracia “representativa”, donde pocos son elegidos por muchos, no está funcionando. La desilusión con la política y las instituciones es alta [1]. Muchas personas se sienten marginadas: nadie habla por ellas. El acceso a los pocos en el gobierno, los políticos, es mucho más fácil para aquellos que ya tienen poder y dinero.
3. El capitalismo moderno permite que unos pocos pocos lleguen a ser grotescamente ricos. Para la mayoría, los ingresos y la riqueza han sostenido o disminuido mientras que los bienes básicos, incluyendo la vivienda, son más caros que nunca. La mayoría estamos yendo a peor, no mejor. Los jóvenes no esperan vivir mejor que sus padres. Por el contrario: frente a décadas de deuda estudiantil y viviendas inasequibles, pueden esperar de la vida mucho menos que ellos. Las ciudades están siendo arruinadas por especuladores de viviendas, a menudo para dejarlas vacías, obligando a los residentes a abandonarlas destruyendo comunidades enteras.
4. El trabajo y la vida modernos, en mi opinión, no ofrecen sentido [No Future]. La mayoría del trabajo es aburrido y a menudo repetitivo. El progreso material es importante, pero no es suficiente (y en cualquier caso se limita cada vez más a unos pocos). Mucha de la cultura contemporánea habla de un vacío profundo. Hay un anhelo sincero pero no expresado por algo más. Llámalo propósito, es decir, las cosas sin nombres que más importan: las cosas de las que los moribundos hablan. La esperanza de algo mejor se ha marchitado.
5. La sociedad se está fracturando. Los viejos están aislados. Los discapacitados se dejan al cuidado inadecuado del estado (Gandhi decía: la sociedad se juzga por cómo trata a los más vulnerables). Otras razas o migrantes son culpados. La envidia y la ira predominan. Pero nos necesitamos el uno al otro. Sólo las relaciones dan sentido a la vida. Solas no somos nada. El Confinamiento Solitario es una forma de castigo por una razón.
6. La necesidad de recuperar el control – el protagonismo – está en el corazón de esta crisis. En lugar de políticos desacreditados tenemos que decidir nosotras las cosas que nos importan.
7. Esto significa democracia directa, una vuelta a la más temprana práctica de la democracia donde los ciudadanos atenienses tomaban turnos de palabra para debatir y tomar decisiones para la ciudad. Hoy en día, en modelos de “Democracia Participativas”[2] , todos podemos participar. Ya está sucediendo en pueblos [3] y ciudades de todo el mundo [4]. Funciona. Cuando todos tienen una opinión igual, las decisiones resultantes -en salud o escuelas- son más justas: en una ciudad brasileña el número de escuelas se cuadruplicó. El Debate y discusión promueven la comprensión y el entendimiento – siempre y cuando se practique cara a cara en lugar de online. La división y hostilidad de la política de Partidos puede ser reemplazada por una cultura nueva y más tolerante de democracia que es creada y sostenida por su práctica [política de Juntas]. En esos foros, empezamos a vernos como individuos -personas reales con necesidades como las nuestras- y no como etiquetas políticas. La corrupción perecerá cuando las decisiones se tomen al descubierto.
8. No puede haber una democracia justa sin una economía justa. La opinión de los ricos siempre será más importante. El libre mercado ha permitido la explotación de los muchos por los pocos. La alternativa – la propiedad del gobierno – ha demostrado ser ineficiente y no más democrática si unos pocos toman todas las decisiones. En su lugar, las cooperativas incorporan la igualdad en el modelo de negocio. Todo el mundo que contribuye a la empresa obtiene una parte, y una palabra. Cuando todo el mundo tiene una acción, el negocio prospera y ofrece a sus socios más que un salario: se transforma en una empresa compartida. Las cooperativas, especialmente cuando trabajan juntas en una economía, son tan competitivas como las empresas con fines de lucro. Piensen en John Lewis [5], o Mondragón [6], la décima empresa española que ha ayudado a transformar la región vasca española.
9. Se puede comenzar por algo pequeño y después desarrollarse. Requiere esfuerzo y acción, en contraste con el trivial acto de votar sobre lemas fáciles cada cinco años. No sucederá a menos que la construyamos: la democracia es un proceso, no una utopía. Se necesitará trabajo, aprendizaje y paciencia.
Nuevas formas de participación – foros locales en las escuelas, hospitales o en la ciudad – ganarán legitimidad, y poder, cuando aparezcamos, hablemos y escuchemos.
Las viejas formas de política tendrán que tomar nota y eventualmente apartarse. Los lazos de la sociedad se volverán tejidos.
10. Esto es anarquismo. No es el caos, la “guerra del todos contra todos” o el idealismo ingenuo. Promete un orden más profundo creado desde abajo hacia arriba, no impuesto desde arriba por el gobierno y las reglas. Es democracia radical – el regreso de la democracia a sus raíces: la gente toma decisiones sobre las cosas que les importan. En lugar de un fraccionado grupo de individuos que consumen y competimos entre nosotros, podemos comenzar a sentirnos de nuevo como parte de una comunidad, con un propósito compartido, revitalizado por un sentido de que, por fin, el cambio es posible, y está en nuestras manos y solo en nosotras .
Carne Ross es el personaje de un próximo documental, Anarquista Accidental [Accidental Anarchist], que se transmitirá en BBC4 Storyville el 23 de julio. Carne fundó y dirige Independentdiplomat.org, una consultoría diplomática independiente sin fines de lucro.