Este es el texto de un cartel de la colectividad anarquista Kath´odón (En el camino, Sobre la marcha), escrito y publicado con motivo de las elecciones generales del 25 de enero de 2015.
No temo nada
El intento de imponer el temor a toda la sociedad ha sido la política principal del gobierno en los últimos años. Se ha centrado principalmente en la aterrorización y el sometimiento (sumisión) de los que están siendo conducidos a la miseria a causa de la reestructuración capitalista (desempleados, personas sin hogar, personas sin seguridad social), de los “excedentes” de los nuevos planes desarrollistas de los soberanos, así como en la represión de los que siguen resistiendo al saqueo de nuestra vida.
La invención de unos enemigos internos (huelguistas, luchadores que se resisten, anarquistas) y externos, y la retórica nacionalista interclasista, han tenido como objetivo la re-estructuración de la sociedad sobre la base de la sumisión y la “unidad nacional”. La campaña electoral del partido derechista Nueva Democracia está basada en este intento de aterrorizar a los indigentes, así que vuelvan a consentir con su voto (la política de este partido), teniendo la expectación de conseguir en el futuro un trabajo con un horario laboral flexible, sin seguridad social y cobrando unas migajas. El terrorista llamado “quiebra” es usado cada dos por tres para mantener a raya a los que continúan sobreviviendo como esclavos modernos. Ellos tendrán que seguir agachando la cabeza para no perder lo poco que se les ha quedado.
No espero nada
La esperanza que nos está tratando de vender el partido izquierdista Syriza es la otra cara de la misma moneda autoritaria. Es una válvula de descarga de la rabia social acumulada. Como partido de la Oposición parlamentaria ha sido auto-presentado como representante de los movimientos y las luchas de clase y sociales, en las que nunca han jugado ningún papel. Ha intentado neutralizarlas a nivel comunicativo, y manipularlas, para poder beneficiarse de ellas en las urnas.
Como futuro gestor del Estado, renovará temporalmente la imagen del Régimen, y llegará hasta a quitarse la máscara anti-sistémica que su estado actual le obliga a tenerla puesta. El cambio de guardia en la gestión estatal no traerá ningún cambio radical en nuestras vidas. El Estado y la reestructuración capitalista van a continuar, y nosotros vamos a seguir siendo los que vamos a ser oprimidos y explotados.
No voto a nadie
El dipolo del miedo y la esperanza, del látigo y la zanahoria, siempre ha sido utilizado por los gobernantes como un poderoso mecanismo de control y manipulación. De la misma manera es usado en estas elecciones con el fin de conseguir el consentimiento de la gente, y con el fin de contribuir a la purificación (en una pila bautismal izquierdista) y al fortalecimiento del capitalismo y del estatismo.
El temor y la esperanza son dos caras de la misma moneda. Del dilema “Karamanlís o blindados” al “Karamanlis o caos”, y del “cambio o Derecha” al “sumisión o quiebra”[1] , el resultado siempre ha sido la intensificación (a corto o largo plazo) de la opresión y la explotación. Si no tomamos en nuestras propias manos las decisiones que conciernen a nuestras vidas, si no asumimos la responsabilidad de la autogestión social, ningún líder y ningún partido van a salvarnos.
Lucho por todo
Sabemos muy bien que nada se le ha concedido a nuestra clase. Nada nos han concedido ni los gobiernos, ni los partidos, ni los patrones. Lo que hemos conquistado, lo hemos conquistado luchando en los lugares de trabajo, en nuestros barrios, en la calle. Y ahí seguiremos estando. En el camino hacia la Revolución Social, el Comunismo Libertario, la Anarquía.
Colectividad anarquista Kath´odón (En el Camino, Sobre la marcha)
El texto en griego, portugués.
[1]N.d.T. El primer dilema fue presentado como tal en 1974 por el partido derechista Nueva Democracia, tras la caída de la Dictadura militar. Karamanlís era el líder de este partido en aquel entonces. El segundo dilema se refiere a su sobrino, líder del mismo partido en las elecciones de 2009. El tercer dilema fue usado por el partido autodenominado Movimiento Socialista en varias elecciones. El último dilema es actual.
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