La novela Bye, bye, blondie sugiere una ternura hacia una mujer herida que no aparecía en la novelaFóllame. ¿Es por qué usted también lleva ya sus propias cicatrices y esa lucha punk cansa?
Son diez años los que separan Fóllame de Bye bye, blondie, diez años y para mí, tres novelas y una película, y he cambiado en todo ese tiempo. Mi vida ha cambiado también. No quiero escribir Fóllame una y otra vez. Intento trabajar con sinceridad, y eso significa que iba a escribir novelas de putas desesperadas con 35 años. La chica deBye bye…, Gloria, es una mujer con heridas, pero no tanto por lo que ha pasado en la vida, ya que, en realidad, es como una chica adolescente, con una vida precaria, pero contenta con la vida que ha tenido.
El libro sugiere también que si, como mujer, no te adaptas a un determinado camino, sufres mucho. ¿Hay alguna manera de evitar ese sufrimiento?
No lo veo como un asunto típicamente de la mujer. Lo veo más desde el punto de vista del punk rock: si no te adaptas a la vida laboral tal como es, y no tienes nada de dinero de tu familia, lo que obtienes es una vida precaria dura. Las cosas no son como en los ochenta en Francia, cuando era posible tener unos trabajos y una vida que se llamaba «la bohemia». Entonces era posible no entrar en el juego ultraliberal y tener tus actividades, amigos, un apartamento y una vida precaria, pero elegida, y con más libertad. Ahora veo cómo todo esto ha cambiado: si no perteneces a las redes laborales y si no aceptas sacrificar tu vida entera y tu moral, por el trabajo, la precariedad tiene un precio más alto. Ahora significa mucho más el hecho de no querer jugar el juego. Ahora, la diferencia principal no es el género, sino el hijo o la hija de quién eres. Tienes patrimonio, o no tienes nada.
Por cierto, usted también ha dirigido la adaptación al cine de Bye bye blondie. En la novela, la pareja protagonista son un hombre y una mujer, pero en la película las protagonistas son mujeres. ¿Por qué lo ha cambiado?
En ese tiempo entre la novela y la adaptación al cine me enamoré de Beatriz Preciado, y no me parecía excitante dirigir a una pareja heterosexual. Pero fueron muy interesantes los problemas que encontré al hacer una película de lesbianas. Por ejemplo, no es un problema para nadie, pero al final la película ha sido programada en la televisión únicamente en horario nocturno. No hay ni una escena pornográfica, no hay violencia, pero al final hay que esconder la película, igual que ocurrió con Fóllame. Me ha parecido interesante este doble lenguaje: parece que no hay problemas con los romances entre lesbianas, pero no tienen el mismo tratamiento que el romance heterosexual. Besar a una chica en la boca sigue siendo problemático, como si nosotras, las mujeres, tuviéramos que aguantar siempre la misma propaganda heterosexual, que nos mata de forma real o simbólica, pero tenemos que seguir tragándonosla.
Bye, bye, Blondie fue publicada en 2004 en Francia y desde entonces ha publicado Apocalypse bebé (2010), pero hasta ahora no nos ha llegado Bye, bye, blondie en español. ¿Dejó pasar el tiempo por la exposición mediática? Alguna vez dijo que la exposición mediática le parecía tan duro como prostituirse. ¿Lo sigue afirmando?
Fue simplemente porque el editor de los primeros libros, Anagrama, no quería publicar mis últimas novelas.Apocalypse bebé tampoco encontró editorial cuando salió. Es algo particular de España. Quizás no escribo el tipo de ficción que interesa a los lectores españoles. Y sí, la exposición mediática me parece mucho más dura que prostituirse, porque se hace de forma pública. No puedes salir de casa y pretender que no escribes lo que escribes. Es una pérdida total del anonimato. Me parece difícil, y me parece evidente que hay muchos más suicidios entre trabajadores expuestos a los medios, que en la prostitución u otros trabajos. Pero, al mismo tiempo es excitante esto de la exposición pública. No me quejo de nada, simplemente me lo cuestiono cuando veo a los activistas anti-prostitución en Francia, ya que creo que no entienden bien lo que es el trabajo, en general, y el estatuto del trabajador del espectáculo cultural, en particular.
Hay muchas mujeres que tienen dudas con respecto a la prostitución. En Madrid se acaba de aprobar una ley que persigue al cliente. ¿Qué le parece?
Me parece que podríamos pretender que el sistema ultra liberal, en general, se acabe antes de preocuparnos en saber cuánto pueden ganar las mujeres con el sexo. Me parece que tu cuerpo te pertenece, y si eliges hacer dinero con tu cuerpo, la ley debe asistirte para que lo hagas en buenas condiciones, sin riesgos inútiles. Perseguir al cliente siempre significa hacer el trabajo más difícil que el de verdad se tiene que hacer. A mí me parece que la Iglesia nos ha acostumbrado a la idea de que el cuerpo de la mujer no pertenece a la mujer, sino a la moral, a la familia y nunca a una misma.
Siguiendo con España, las mujeres vuelven a salir a calle pidiendo el aborto libre puesto que una nueva ley pretende volver a poner más trabas para poder realizarlo. ¿Qué opinión le merece que haya que volver a manifestarse? ¿Cómo está en Francia esta cuestión?
Me parece importante el poder de elegir lo que tú haces con tu cuerpo. Como decía, te pertenece. El aborto es natural. Perder un bebe durante el embarazo es una cosa normalísima. Y poder elegir perderlo, en buenas condiciones sanitarias, me parece perfectamente natural. Una vez más, el cuerpo de la mujer pertenece a la mujer y no tiene que justificar si no quiere dar vida en un momento de su vida. Me parece, además, una decisión política importante: nuestros Estados no pueden al mismo tiempo destruir todo lo que conocíamos como vida social y posibilidades de felicidad, incluso para los pobres, y al mismo tiempo exigir a las mujeres que den niños a esta sociedad. Si no hay escuela, trabajo, ayuda colectiva, comida, vivienda, si no queda nada de lo que permite la dignidad humana, no pueden al mismo tiempo exigir niños de las mujeres. El aborto es también una decisión política: seguro que muchas mujeres no quieren dar vida en la Europa de ahora.
La cuestión del aborto me parece central: hasta qué punto podemos aguantar la violencia del Estado sobre nuestras vidas. Ahora nos enseñan que estamos en deuda por el mismo hecho de nacer. Eso significa que nuestras vidas ya no nos pertenecen. El control de los vientres de las mujeres va en este sentido: nacemos esclavos, nuestras vidas no nos pertenecen, pertenecen a los que tienen patrimonio y quieren explotar nuestros cuerpos y tiempo al máximo. Es una guerra. Una guerra contra nuestros cuerpos y vidas.
Hace unos años dijo que la revolución en las mujeres podría empezar por hacerse lesbiana. ¿Lo mantiene? Y en cualquier caso, ¿con qué fin? ¿Qué demuestra eso?
Si salimos de la familia clásica, es una revolución. Si acabamos con la familia como la conocemos, acabamos con el patrimonio, con la deuda, con la obligación de identidades para satisfacer a los padres, etc. Sí, creo que si la mujer sale del sistema patriarcal, y la homosexualidad sigue siendo un patio muy pertinente para salir de este sistema, la revolución seguirá. Por eso el tema de las bodas gays ha sido un asunto tan importante para los católicos y fascistas franceses – poner a las mujeres en situación de pareja y maternidad obligatoria y obligarlas a vivir como mujeres con hombres es muy importante para evitar revoluciones grandes. Va con el sistema ultra liberal. La familia hetero es la garantía de que nada cambia demasiado. Y creo que ha sido uno de los errores principales de los movimientos de extrema izquierda: no hemos entendido hasta qué punto feminismo y derechos gays eran centrales en el asunto de la revolución anticapitalista. Hemos considerado que era un detalle, cuando es el punto central.
Hace un tiempo dijo que no creía en la femineidad ni en la virilidad. En cualquier caso, ¿no somos diferentes? ¿Qué piensa del discurso de la diferencia?
Creo en las diferencias entre personas. Pero no lo veo como mujeres iguales de un lado, y hombres iguales del otro. La distinción mujer-hombre es exactamente como la diferencia entre ricos y pobres: es muy eficaz para tener a los pueblos con la cabeza en el suelo, pero no corresponde a nada más que otro sistema de explotación. No hay nada natural en la distinción mujer-hombre. Es únicamente una manera de tenernos a todos en estas ideas de deuda, y como mujer es como estar dos veces endeudadas con la sociedad.
¿Qué opinión tiene del movimiento FEMEN?
No comparto sus ideas sobre la prostitución o la pornografía, y no veo muy bien a dónde quieren ir en Francia con las musulmanas. Creo que las FEMEN a veces van a la guerra contra sus propias aliadas… Pero me ha gustado la forma mediática de expresar sus ideas feministas. Necesitamos muchos discursos diferentes en el feminismo. Yo no me mezclaré con las FEMEN, pero me parece correcto que haya movimientos nuevos, y además movimientos que puedan cuestionar mujeres muy jóvenes.
¿La mujer en Occidente tiene que seguir mostrando su cuerpo para reivindicar derechos? Para algunas personas es una ‘cosificación’ de la mujer.
La mujer puede utilizar su cuerpo si le parece pertinente. FEMEN ha conseguido obtener una repuesta mediática inmensa por un movimiento feminista. La cuestión más importante ahora sería plantearse: ¿es posible un feminismo heterosexual?
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