El sistema de reparto del que partimos supone que la financiación de las pensiones se realiza a partir de la cotización de los que trabajan sobre los pensionistas. Es decir son los trabajadores en activo los que financian las pensiones. Al mismo tiempo el fondo de la seguridad social que se nutre con las pensiones, debe ser entendido como un colchón protector en momentos de crisis como la actual, en el que la recaudación ha bajado de forma importante, no obstante, ello no es motivo suficiente para declarar que el sistema de financiación de las pensiones públicas tal y como están diseñadas sean un fracaso en sí mismo.
Es este mensaje el que se está vertiendo interesadamente en la opinión pública, dejando de lado variables que implican por su carácter estructural un problema de fondo; trabajo precario fomentado por continuas reformas laborales, paro juvenil, tardanza en incorporarse al trabajo de los jóvenes, nivel salarial, distribución de la riqueza entre el trabajador y la empresa, economía sumergida, etc., y que “ayudan” en cierta manera, a legitimar la acción del gobierno y los grupos de presión, conformados entorno a “consejos de sabios” (compañías de Seguros, Bancos entre otros), desmontando así un sistema como el actual al que se le hace entrar paulatinamente en colapso, en detrimento de sistemas de capitalización como los fondos de pensiones, que demuestran tener más pérdidas que beneficios.
Os presentamos a continuación un interesante debate acerca de la nueva reforma de las pensiones realizada por el programa de radio economía directa. (1/8/2013)
FUENTE: Icea
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